Blog Asepeyo

8 principios para prevenir la transmisión de la COVID-19

El otro día estaba leyendo un comentario de mi compañera Inmaculada Lojo Gálvez, que citaba un documento del INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) sobre ventilación y Covid-19, lo que me hizo pensar ¿estamos aplicando los principios de la acción preventiva para evitar que se propague el SARS-CoV-2?

En prevención de riesgos laborales siempre decimos que, en primer lugar, hay que actuar sobre el foco del riesgo, luego sobre el medio de transmisión, y en último lugar sobre el trabajador expuesto. Con el SARS-CoV-2 no debería ser diferente.

transmision_covid-2

El foco del riesgo

En primer lugar, es necesario actuar sobre el origen, que en este caso sería la persona contagiada. Aquí disponemos de 2 herramientas básicas:

  • Sistemas de detección (PCR, test, etc…): los test permiten a los servicios de prevención conocer si una persona está contagiada, y recomendar su aislamiento, lo que correspondería a la eliminación del foco del peligro.
  • Mascarillas: ayudan a minimizar la emisión del virus, pero únicamente si son adecuadas y se colocan y ajustan correctamente.

transmision_covid-1

La transmisión

Aun así, con estas dos herramientas no podemos asegurar que el riesgo sea cero. Pasamos entonces a la segunda fase, que es actuar sobre el medio de transmisión. Aquí volver a tener varias herramientas:

  • Distancia: tanto en exteriores como en interiores, aumentar la distancia (alejar el foco del peligro) y minimizar las aglomeraciones ayuda a reducir la transmisión.
  • Ventilación: la principal medida sería realizar todas las actividades que se puedan al aire libre. Dado que en ciertos casos no es posible, en aquellas que se realizan en espacios cerrados sería necesario asegurar una correcta renovación del aire, y realizando un control de esta (mediante medición del CO2 como indicador de la calidad del aire, por ejemplo).
  • Desinfección: la desinfección de superficies y del aire puede ser especialmente útil en aquellas situaciones donde no se pueda realizar una correcta renovación del aire.

Con esta segunda fase, si se implementa de manera adecuada, es posible reducir más el riesgo, aunque seguiría existiendo.

transmision_covid

Cuando ya estás expuesto al riesgo

Por tanto, pasamos a la tercera parte, que es proteger a la persona no contagiada:

  • Mascarillas: las mascarillas vuelven a jugar un papel importante, pero siempre que sean adecuadas y con un ajuste óptimo.
  • Vacunación: la vacunación también es un elemento clave, ya que ayuda a minimizar las consecuencias en caso de contagio.
  • Reducir la exposición: disminuir la interacción social también juega un papel fundamental para minimizar el riesgo. Si una actividad se puede realizar sin exponer a la persona al virus, es una buena manera de evitar una potencial exposición al contagio (teletrabajo, formación a distancia, etc…).

Quizás todas estas medidas por sí solas son insuficientes pero, si se aplican conjuntamente y en todos los ámbitos de nuestra vida (laboral y personal), podemos reducir el riesgo prácticamente a cero.

Por tanto, es importante una correcta pauta de vacunación, realizar tests, usar mascarillas, ventilar y medir el CO2, aumentar la distancia de seguridad, etc… Todas ellas son buenas medidas, pero su eficacia radicará en que seamos capaces de mantener toda la cadena de principios preventivos, actuando en el foco, en el medio y en la persona que deseemos proteger.


Javier Galindo

Consultor de Prevención de Asepeyo

Te puede interesar