Las distracciones al volante son la causa principal de los accidentes mortales, por delante incluso de los accidentes de tráfico causados por el exceso de velocidad, ocasionando más de un 30% de los accidentes, según datos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT).
Tipos de distracciones
Se pueden clasificar en varios tipos:
- Visuales: cuando el conductor pierde de vista la carretera.
- Manuales: cuando el conductor deja de tener contacto con el volante o altera la posición de sus manos sobre él.
- Cognitivas: cuando la atención del conductor se centra en cuestiones ajenas a la conducción. Según la DGT, en 2018 más de una tercera parte de los accidentes que se produjeron fueron a causa de este factor.
¿Cómo podemos evitarlas?
- No uses el teléfono móvil ni manipules otros dispositivos mientras conduces.
- Sintoniza la radio o configura la música que quieras escuchar antes de iniciar la marcha.
- Introduce el destino en el GPS antes de empezar el viaje.
- Limita la interacción con el resto de los pasajeros si es alterada, o por el contrario, mantén conversaciones relajadas con ellos para mantenerte despierto.
- Conduce descansado y sin sueño, habiendo establecido ciertas paradas antes de iniciar el viaje para evitar distracciones, pensando en cuándo parar y rehuir el cansancio extremo entre tramos de viajes largos.
- No ingieras nada de alcohol ni drogas y ten cuidado con los efectos que puedan producir algunos medicamentos.
- Evita comer o beber dentro del vehículo. Es mejor parar a descansar y aprovechar la parada para comer y beber algo.
- Evita fumar. Sujetar un cigarrillo es una práctica de riesgo que supone muchas y pequeñas distracciones.
- Evita buscar objetos durante la marcha o en los atascos.
Cualquier distracción cuenta
Distraernos mientras conducimos puede generar situaciones realmente peligrosas, tanto para el conductor y los pasajeros como para los demás vehículos que estén circulando en la carretera. Una distracción, aunque sean décimas de segundo, hace que dejemos de prestar atención a la carretera y es suficiente para provocar el accidente.
Otro factor que influye de manera importante en la conducción es el estado de ánimo. Está demostrado que conducir con un estado de ánimo alterado aumenta el nivel de ansiedad y disminuye la concentración lo que contribuye al aumento de accidentes. Por tanto, ten en cuenta cómo están tus emociones antes de conducir y, si no están bajo control, no subas al vehículo.
Recuerda que puedes visitar la web de la Dirección General de Tráfico para informarte de todo lo relacionado con prevención de accidentes o consultar información relacionada con la conducción.