El volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, cuya erupción se está alargando en el tiempo, desde el primer día viene generando un ruido permanente, con explosiones esporádicas. Este ruido se escucha mucho incluso fuera de lo que es la zona de exclusión; y no solo afecta a los trabajadores que realizan su actividad en sus alrededores, o que viven en ellos, sino también a la población en general de esas zonas.
El ruido del volcán afecta cada vez más
Son ya miles de personas las evacuadas de las zonas afectadas. En su gran mayoría se encuentran actualmente ubicadas en casas de familiares o amigos, situadas también en los pueblos cercanos al volcán, para seguir muy de cerca los acontecimientos que se producen. En estos lugares, la población se ha incrementado notablemente, por lo que las personas afectadas por el ruido del volcán son cada vez más. De igual forma, también se han producido desplazamientos de personas a pueblos limítrofes a los del volcán, pero sin esa influencia tan directa de los efectos del volcán.
No se puede predecir ni la duración ni la magnitud de este fenómeno natural. Que la situación se pueda prolongar tanto tiempo no es algo que se pueda establecer con seguridad. Eso supone que las emisiones, tanto químicas (gases y polvo) como físicas (ruido y vibraciones), se están manteniendo durante un periodo de tiempo muy largo.
El estudio del ruido con la cámara acústica
Este artículo se va a centrar en la exposición a ruido originado en el volcán que sufre la población en general y también, evidentemente, la población laboral, tanto en su tiempo de trabajo como en su tiempo de descanso. Así que conviene considerar la exposición múltiple a ruido que suponen todas las emanaciones en su conjunto: gases, polvo, ruido, actividad sísmica, y cómo todo ello puede afectar a la persona.
La identificación del ruido y el estudio de éste se ha realizado, fundamentalmente, con la cámara acústica, que es un equipo que permite identificar el origen del ruido y que incorpora una tecnología de análisis basada en 128 micrófonos de alta tecnología y un software diseñado para obtener y procesar toda la información captada. Permite un trabajo de campo necesario, así que se ha utilizado en las inmediaciones del volcán.
Ante la dificultad de ubicar los equipos de análisis en las inmediaciones del foco de ruido se opta por utilizar este equipo, que permite analizar un foco de ruido en la distancia. En este caso se ha ubicado a 2,5 km y 3 km. Por otro lado, la valoración del ruido se hace con un sonómetro convencional para completar la información.
Hay una limitación que viene dada por la distancia entre los puntos que son accesibles y el foco de emisión de la lava, que presumiblemente es el foco de ruido que expone a los trabajadores y a la población en general a este agente. No sería un alcance que una cámara acústica pueda recoger, si se trata de analizar una emisión de ruido más convencional. El hecho de que en las posiciones que ubicamos el equipo éste detecte el foco ya da una idea de la magnitud e importancia del ruido generado. Otra característica es que por su posición, altura y elementos interpuestos se difunde libremente en todas las direcciones, por lo que afecta a personas situadas en un amplio radio.
El volcán, en estos cuarenta días que lleva en erupción, aún teniendo algunas fases diferentes, podemos decir que prácticamente ha estado manteniendo un nivel de ruido bastante estable en el tiempo y que, puntualmente, se incrementa cuando se producen fases de explosiones. Se determinan niveles de ruido entre 60 dBA y 70 dBA en zonas en las que vive y trabaja la gente.
Un análisis de las características de ruido recibido por la población señala que los medios y protección usados habitualmente pueden dar buenos resultados; es decir, los aislamientos acústicos y los equipos de protección individual para el ruido que pudieran ser usados o estar instalados.
Los trastornos ocasionados por el ruido del volcán
Todo este nivel de ruido continuo en el ambiente, durante tanto tiempo, está produciendo importantes trastornos psicológicos a todos los que trabajan o habitan en esas zonas, a cuyos efectos debemos sumar la tensión y el estrés al que están sometidos por la destrucción tan devastadora que está causando el volcán.
A la mayoría de las personas que puedan estar expuestas a este nivel de ruido ambiental, y que hemos detectado y grabado con nuestra cámara acústica, no les causará un deterioro auditivo, que les afecte directamente a su audición, pero con esos ruidos y, sobre todo, la continuidad que está teniendo durante todo el día y la noche, puede generar trastornos de tipo fisiológico y psicológico, con unos efectos muy determinantes en sus vidas.
Una situación tan prolongada como esta, donde el ruido permanente no favorece un buen descanso, y altera los ritmos y la profundidad del sueño, deriva en cansancio, reducción del rendimiento laboral, capacidad de atención y deterioro del estado de ánimo. Circunstancias como éstas pueden llevar, sin duda, a cometer también fallos en el desempeño de la actividad laboral y a producir accidentes.
Recordemos que las normativas que tenemos en relación al ruido ambiental, y que se complementan con las diferentes ordenanzas municipales de lugar, van encaminadas, precisamente, a prevenir a la población en general. Estos efectos psicológicos se llegan a producir cuando la exposición al ruido es continua en el tiempo, y en niveles por encima de los que marcan estas ordenanzas, como son los que señalan los datos obtenidos.