¡Ay, las vacaciones…! Ese momento que todos ansiamos que llegue y que nos facilita el merecido descanso de las jornadas laborales. ¿Todos? Quizá no, ya que ha aparecido una nueva problemática relacionada con la dificultad para el descanso en el período vacacional.
A principios del 2000, los doctores de la clínica psiquiátrica Wagner-Jauregg de Linz, en Austria, se dieron cuenta de que al tratar a algunos pacientes, éstos mostraban una extraña ansiedad derivada de la imposibilidad de olvidar el trabajo en sus períodos de descanso. Para referirse a este tipo de síndrome propusieron la expresión «depresión de la tumbona».
Cómo te afecta el estrés vacacional
Hoy en día se conoce a este síndrome como “estrés vacacional”, y consiste en la dificultad que tienen algunas personas para modificar su ritmo de actividad durante los períodos de descanso. Hay personas que, durante todo el año, se han acostumbrado a un ritmo laboral acelerado y, cuando llegan las vacaciones, tratar de modificarlo les afecta negativamente.
La pérdida de la rutina de la actividad laboral les produce síntomas de ansiedad, los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés (cortisol y adrenalina) descienden considerablemente, debilitando el sistema inmunológico y, por tanto, están más expuestas y vulnerables, los que las hace más sensibles a contraer alguna enfermedad. De ahí la necesidad de mantener constante el ritmo de actividad.
El problema es que mantener constante ese ritmo de actividad, sin descanso, es todavía más perjudicial. Por ello, las vacaciones son absolutamente necesarias, ya que permiten restablecer el equilibrio de nuestra salud física, mental y emocional.
Otro de los componentes de este “estrés vacacional” es la dificultad de desconexión en vacaciones, debida a las nuevas tecnologías y la digitalización del trabajo.
La permanente conexión a través del correo electrónico, gracias a los teléfonos inteligentes y la posibilidad de llevarse el trabajo a cualquier parte por medio de los ordenadores portátiles, también dificulta la desconexión vacacional.
Consecuencias negativas de no desconectar
Un 51 % de los españoles en activo responde a correos electrónicos y atiende llamadas de trabajo durante sus vacaciones, según el último informe sobre el mercado laboral en España de InfoJobs-ESADE, lo que contribuye a generar este “estrés vacacional”.
No saber desconectar del trabajo provoca consecuencias a varios niveles:
- El comportamiento de estar conectado al trabajo puede provocar que los que te rodean se sientan excluidos y poco valorados, lo que puede generar problemas de pareja, familiares y con amigos.
- Físico. Cuando no podemos desconectar, nuestro cuerpo se resiente y sufre alteraciones, como trastornos digestivos, modificaciones en el sueño, cansancio, mareos o dolores de cabeza.
- El impacto emocional de la no desconexión puede manifestarse como irritabilidad, inquietud o dificultades en las relaciones familiares y sociales.
Además, debemos recordar que la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, concretamente su Artículo 88, contiene la regulación del derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral.
Esto significa que los empresarios y otros sujetos con los que se tengan relaciones laborales tienen la obligación de respetar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el tiempo de descanso de los empleados, sus permisos y vacaciones, así como su intimidad personal y familiar.
Algunos estudios científicos señalan que el tomar unas semanas de vacaciones ayuda a mejorar la productividad, eleva la moral de los empleados e, incluso, disminuir los accidentes laborales. Esos estudios indican que tres semanas seguidas de descanso serían lo ideal y dos semanas consecutivas, lo recomendable.
Por qué es tan importante que desconectes
Por tanto, tenemos sobrados motivos para desconectar, entre ellos:
- Reducción de los niveles de estrés.
- Aumento de la percepción subjetiva de salud y bienestar al poder organizar mejor las rutinas de sueño, alimentación y ejercicio.
- Incremento en la concentración, la eficacia y la productividad.
- Desarrollo de nuevas ideas y más creativas.
- Mejor toma de decisiones.
Consejos para desconectar en vacaciones
- Dejar el trabajo lo más cerrado y controlado posible antes de irte de vacaciones. No tener que pensar en temas abiertos facilita el descanso.
- Para conseguir desconectar la clave está en una ruptura total con nuestra rutina diaria en el ámbito laboral.
- Compartir actividades con familiares y amigos.
- Realizar actividades que resulten placenteras. Sustituir la expresión «tengo que hacer» por «me apetece o me gustaría hacer».
- Usar menos el teléfono móvil y las redes sociales y, en el caso de que sea imprescindible, hacerlo sólo un día a la semana y en una franja horaria concreta.
- En todo momento, pero ahora con la disponibilidad de tiempo, practicar ejercicio y tener una dieta sana. Reporta vitalidad, autoestima y energía positiva.
Recordad que las vacaciones también se acaban, así que es importante incorporarse poco a poco a las rutinas con las que hemos roto anteriormente. Es recomendable adaptar, de forma gradual, los horarios de descanso a los de la oficina, cuando falte una semana para volver al trabajo. Esa pequeña acción facilitará que el cambio sea menos brusco y la adaptación sea mejor.
¡¡¡Buenas vacaciones y no te olvides de desconectar!!!
El arte del descanso es una parte del arte de trabajar. John Steinbeck
Jordi Serra Pallisa
Director área Psicosociología y Formación
Dirección de Prevención de Asepeyo
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