Cada vez tenemos más productos a nuestro alcance en el supermercado pero, ¿cómo podemos saber cuál elegir?.
Las recomendaciones nutricionales y sostenibles indican que nuestra alimentación debe basarse en productos frescos, de temporada y de proximidad. Pero con nuestro actual ritmo de vida, horarios extensos y compromisos, a veces compramos alimentos preparados para su consumo inmediato.
Por eso, es muy importante fijarnos bien en el etiquetado de los alimentos en el momento de comprar o consumirlos.
¿Para qué sirve el etiquetado?
La función de la etiqueta es informar sobre el producto o el alimento que vas a comprar y consumir. Incluye información clara y concisa sobre sus características, conservación y propiedades nutricionales. Esta información está regulada por el Reglamento (UE) Nº1169/2011, para mejorar la protección de la salud de los consumidores y garantizar el derecho a estar informados.
¿Qué información detalla la etiqueta?
- Nombre del producto
- Lista de ingredientes
En orden decreciente de peso, incluidos los aditivos y los ingredientes que se consideren alérgenos o puedan provocar intolerancias.
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- Valor energético
- Cantidad de grasa y grasa saturada
- Hidratos de carbono y azúcares
- Proteínas
- Sal
Expresado por cada 100 g o ml de producto. Muchas etiquetas también incluyen el % de cantidad diaria recomendada (CDR), según datos estandarizados*.* Las necesidades nutricionales dependen de la edad, sexo, actividad física y estado fisiológico de la persona (embarazo, lactancia, etc.). La cantidad diaria recomendada se calcula en base a los requerimientos energéticos de un adulto medio (8400 kJ / 2000 kcal).
- Etiquetado de alérgenos
Informa sobre la posible presencia no intencionada en el alimento de sustancias o productos que causen alergias o intolerancias.
Directiva 2000/12/CE. - Lote de fabricación y datos del fabricante
- Declaraciones nutricionales
Cualquier declaración que afirme, sugiera o dé a entender que que un alimento tiene propiedades nutricionales beneficiosas de como aporte energético o nutrientes.Estas declaraciones, para poder ser incluidas, deben estar sujetas a evidencia científica. Además, encontrarás otra información relativa al país de origen o lugar de procedencia, conservación y utilización, forma de consumo y alcohol, si procede.
¿Cómo leer una etiqueta nutricional?
A través de la etiqueta podemos identificar el valor nutritivo del alimento, conocer los nutrientes y las calorías que aporta. También nos permite comparar con otros productos similares, por lo que podremos escoger la opción que mejor se adapta a nuestras condiciones y necesidades.
1. Calorías del producto (KJ ó Kcal)
Es la energía que aportan los diferentes nutrientes que componen el producto. Pero, ¡cuidado!, no sólo hay que fijarse en las calorías, porque por sí solas no nos aportan suficiente información. El aceite de oliva es un alimento muy calórico y, sin embargo, su consumo es beneficioso para la salud. Por eso, necesitamos tener más información, como el contenido en hidratos de carbono/azúcares, grasas y sal.
2. Nutrientes e ingredientes
- Grasas
Las grasas son una importante fuente de energía en nuestra dieta, preferentemente si son de origen vegetal y, de éstas, la que presenta mayor evidencia de efectos beneficiosos para la salud es el aceite de oliva virgen.
- Hidratos de carbono y azúcares
Los azúcares añadidos y libres deben consumirse lo menos posible. Puedes encontrarlos en el etiquetado bajo diferentes denominaciones, como glucosa, dextrosa, sacarosa, maltosa, maltodextrina, entre otros.
- Fibra
Debemos consumir unos 30 gr de fibra al día, pero la fibra no debe ser añadida al producto, sino que debe encontrarse integrada en los alimentos. - Sal
La sal, como los azúcares, se añade a muchos alimentos. Se considera que un alimento es alto en sal cuando tiene 1,25 g (o más) de sal por cada 100 g, y es bajo en sal cuando tiene 0,25 g (o menos) de sal por cada 100 gramos de alimento. Algunos aditivos también llevan sodio, como el glutamato. - Aditivos
Pueden tener más de una denominación y se suelen indicar en el listado de ingredientes. En Europa se identifican con letra E, seguido de tres o cuatro números, y hacen referencia a:
E1xx: Colorantes E2xx: Conservantes E3xx: Antioxidantes
3. Cantidad neta de producto
Es la cantidad de alimento sin el envase.
4. Fecha de caducidad y fecha de consumo
¿Sabrías diferenciar entre los dos tipos de fechas?
Fecha de caducidad
Es el momento en el que el alimento se puede consumir de forma segura. Se indica en productos que son muy perecederos como carnes y pescados crudos y frescos. Una vez pasa la fecha de caducidad, el producto no debe consumirse, ya que corremos el riesgo de que se encuentre en mal estado.
Fecha de consumo preferente
Es el momento hasta el que el alimento conserva todas sus propiedades. Se aplica a productos bastante más duraderos. Es importante destacar que una vez pasada esta fecha podría haber perdido parte de sus propiedades pero no hay riesgo microbiológico.
Sabías que…
- Es preferible escoger alimentos frescos o mínimamente procesados, con listas de ingredientes lo más cortas posible.
- En negrita se destacan los alérgenos.
- Los alimentos envasados requieren más recursos naturales para producirse y generan más residuos.
- Analiza la información de las etiquetas en el contexto de tus condiciones y requerimientos personales, respetando el equilibrio que debe existir entre los diferentes tipos de nutrientes, distribuidos en 15% de proteínas, 55% de hidratos de carbono, 30% de grasas y 30 gramos de fibra al día. De este modo, dispondremos de la energía que se precisa para llevar a cabo los procesos metabólicos y de trabajo físico necesarios, además de suministrar suficientes nutrientes con funciones plásticas y reguladoras.
¿Necesitas más información?
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN)